Julio
Paredes es un personaje que recorre todas las mañanas y las tardes, el Boulevard de Macuto. A pesar de ser un hombre con ligero sobrepeso, recorre el
ruinoso e inseguro boulevard trotando en frescas y elegantes ropas deportivas.
Julio es de mediana estatura, y es paciente de vitíligo, por eso le llaman el “Manchao”. Pero no le llaman así por “cariño”, de hecho quien se refiere a él, lo
hace acompañado de algún adjetivo calificativo despectivo, muchas veces
referido a su madre.
Julio,
un respetado (falso, temido) empleado de la oficina tributaria del Puerto de La Guaira, dedica
su tiempo libre a la cacería de “jóvenes” en el boulevard para agasajarlos en
su lujoso apartamento de Caraballeda y luego satisfacer sus oscuras
necesidades con ellos.
Muchas
de sus víctimas, ahora son cómplices de sus fechorías. Reclutar jovencitos,
menores de edad, hambrientos y desertores de la escuela, en un estado marcado
por las secuelas de la tragedia de hace 16 años, es muy sencillo y más cuando
se siente impune y apoyado desde las más altas esferas del poder. Yoe, un chico
de 17 años le presenta al “Manchao”, su nuevo amigo “Panchito”. Luego de un
breve recorrido por la playa el “ Manchao”, ofrece a los chicos ir a una
piscina. Ellos acceden, y sube a los dos muchachos en su camioneta.
En
el piso 5 de las residencias “Vista Del Mar”, en Caraballeda, a menos de un
kilómetro del boulevard, vive el “Manchao”. Es un apartamento de dos plantas
con una amplia sala y comedor. El balcón tiene una plácida vista al balneario y
a la piscina de la residencia. En el borde de la piscina el “Manchao”, vigila a
su nueva presa chapoteando alegre junto con su cómplice.
La diversión está a punto de terminar, el "Manchao” ofrece a los chicos ir a su apartamento para almorzar y disfrutar de su salón “gamer”, donde los chicos podrán jugar hasta el momento de “pasar la cuenta”.
La diversión está a punto de terminar, el "Manchao” ofrece a los chicos ir a su apartamento para almorzar y disfrutar de su salón “gamer”, donde los chicos podrán jugar hasta el momento de “pasar la cuenta”.
En
la casa de “El Manchao”, la mesa está servida. Hay lonjas de pechuga de pollo a
la naranja, bistecs sazonados con finas hiervas, mero con tomates confitados,
proteínas que el resto de los habitantes del estado costero no pueden hallar
sin hacer una cola de medio día y pagar un elevado precio, cuando hay. Hay
dos tipos de risottos, de vegetales y de camarones, también hay pasta al estilo
fideguada. Al final y colocado sobre un pedestal, cubierto con un cubreplatos
de acrílico transparente, están los postres. Hay refrescos, cervezas e incluso
vinos, que serán de mucha ayuda para los oscuros propósitos del "Manchao".
La
puerta suena al pasar de la llave por la cerradura y entran los dos chicos
corriendo y se detienen sorprendidos frente a la mesa.
-¡“ADELANTE
MIS NIÑOS” sírvanse!
Pero
los jovencitos permanecen petrificados y en silencio. Cuando el “Manchao” se
asoma al comedor, extrañado que los hambrientos niños no estén devorando los
manjares, éste se queda sorprendido también:
-¿Quiénes
son ustedes dos?- pregunta aterrorizado “El Manchao” a dos hombres vestidos de
impecable traje negro que se comen el banquete gustosamente. Uno de ellos es
rubio y visiblemente más viejo que el trigueño.
-Yo
soy el Detective Horacio Pantoja y él es mi compañero Pedro Margallo, somos
agentes de la Policía Técnica Judicial.
Ante
estas palabras Yoe pega la carera hacia la salida del apartamento, seguido muy
de cerca por "Panchito".
-¡Le
dije a tu jefe que si me cambiaba el pago a dólares no habría más aumentos!
¡Además yo estoy al día! ¡No les debo nada!
Los
dos agentes de la “Ley y el Orden” se miran las caras y una mueca de Horacio y
el gesto de negación de Pedro le revelan a Julio, el “Manchao”, que pasa algo
diferente a sus “negocios” con el colega de sus visitantes.
-¡Aaaahh!
¡Ya lo vi todo! ¡Quieren “Chigüirearse” a Olinto!
-¿Olinto
Pérez? ¿Es el que te cobra por dejarte hacer lo que haces?- pregunta Horacio.
-¡El
único Olinto que conozco es fiscal!- responde Pedro.
-Ese
mismo. Es el que engaveta las denuncias contra el basura este.
-¡Siii,
lo voy a llamar! ¡Se van a meter un Pe”#$%!- el "Manchao” saca su teléfono pero
justo cuando comienza a marcar, un disparo del arma de Horacio se lo arrebata
de las manos.
-AAAAHHH
maldi##$%& ¡mi mano!
-Shhhhhh
Shhhh deja la grizapa y ven a comer con nosotros. Y trae dos cervezas de lata
de esas que están allí! No confío en el refresco ni en el vino, seguro tienen
rupinol, y luego querras violarnos como haces con los muchachitos esos- ordena
Horacio.
-¡PUDRETE!
Jo jo joooo- responde un adolorido Julio. Aún así obedece y se acerca a
los dos policías. -¡Juan Rareto es mi amigo! ¡Él va a saber esto!
-¡Pórtate bien! ¡No me interesan tus amigos! Esta semana nos mataron a quince compañeros, entre Polinacionales, Municipales y Judiciales. Todos para quitarles el arma ¿Sabes qué?- Horacio toma al “Manchao” por el cabello y lo estrella boca abajo contra la mesa –Mis compañeros y yo decidimos hacer una “Huelga Japonesa” ¿Sabes cómo es?
-¡Noooooouuu
uju uju uuuu!
-En
vez de pararnos o ponernos de brazos caídos, decidimos hacer nuestro trabajo. Trabajar mucho ¿sabes? Y
olvidarnos de este jueguito en el que criminales como tú son los que nos mandan,
y echarlos en prisión o ¿por qué no? abatir algunos- Horacio toma el arma y la entierra con
fuerza en el trasero del “Manchao” –Pedrito antenoche, en el operativo donde
cayó “por enfrentamiento” el Pran que estaba de “vacaciones” en
Margarita, me indigné de saber que el tipo vendía al mayor las armas que le
quitaban a nuestros compañeros muertos. Entonces decidí quitarle esta pistola Beretta
93R, nuevecita.
Pedro Toma su bolso una bolsa plástica de cierre ziplock, marcada con una etiqueta que dice en rojo, “EVIDENCIA”. En su interior hay un zapato de cristal, ligeramente manchado de sangre. Pedro lo acerca al “Manchao”:
-Me dicen las chicas de la Casanova, que tú conoces a la dueña de este zapato.
|
El "Manchao” mira el zapato detenidamente. Un gesto que no pasa desapercibido por Pedro, lo delata. Sabe quién es la dueña del zapato de cristal, pero trata de librarse de los detectives:
-¡No sé! ¿Qué voy a estar sabiendo yo?
-¡No sé! ¿Qué voy a estar sabiendo yo?
Horacio se acerca al oído del “Manchao”, -si selecciono ráfaga y pulso el
gatillo, no servirás ni por delante, ni por detrás. Así que, colabora.
-¡Ta
bien vale!- responde el “Manchao” sollozando. Esa es una carajita nueva. Se
llama “Cristalina” y no es caminadora de las que se aparecen en el boulevard
después de las cinco, es prepa, tiene 17 o 18 años. La contratas por “LA
PÁGINA”. Vive en el barrio Maiquetía, detrás del centro comercial. Te metes por
la primera escalera y subes cuatro terrazas hasta llegar a la casa que está al
final de la escalera, la de dos plantas.
Los
policías toman nota de la dirección y se preparan para la retirada, no sin
antes llevar algo de comer para el camino y darle una paliza al “Manchao”, para
aleccionarlo.
-Horacio,
eso fue más rápido que esperar por la gente de dactiloscópia. ¡Este
rollo de las cédulas que empiezan con 20 millones!
-Esta
gente está haciendo un mier&/%$# con las cédulas de identidad. Lleguemos
antes que “EL COLECTIVO” a rescatar esa chica.
Una vieja puerta de metal delata con los crujidos de las paredes y los retorcijones de su delgada chapa la intención de quien trata de abrirla forcejeando su cerradura. Finalmente la puerta cede pero al abrirse, el rechinar de las bisagras oxidadas por la humedad marina, le da una última oportunidad al habitante de esa oscura casa de escapar u ocultarse.
|
Tres
personas entran en la humilde vivienda. El recibo de la casa es diminuto. A
pesar que las dimensiones de los muebles son proporcionales al tamaño del
espacio, es casi imposible no tropezar con ellos. Uno de los visitantes, el que
entra de último, cierra la puerta ligeramente pero se mantiene parado cerca de
ella, mirando hacia las escaleras, atento a visitas indeseadas.
Los
otros visitantes buscan en medio de la oscuridad a los habitantes de esa casa.
-¡Buenas
Tardes Cristalina! ¿Dónde estás? Vinimos a llevarte con nosotros. Te busca
gente mala para hacerte daño-, informa una voz femenina que hurga, linterna en
mano los pequeños espacios de la humilde vivienda.
Están revisando la cocina; hay una cocina improvisada, de dos hornillas, una bombona de gas, una batea de concreto medio rota que parece funcionar a la vez de lavamanos y lavaplatos. Hay un plato sucio y una taza de plástico adentro, esperando ser lavadas y una pequeña lavadora China. Entran al baño, sólo hay una poceta y lo que parece un espacio para darse un baño. No hay ducha, pero si hay una manguera metida dentro de un pipote para 100 litros, color rosa, a medio llenar de agua y que está justo detrás de la puerta y ocupa buena parte del baño.
Están revisando la cocina; hay una cocina improvisada, de dos hornillas, una bombona de gas, una batea de concreto medio rota que parece funcionar a la vez de lavamanos y lavaplatos. Hay un plato sucio y una taza de plástico adentro, esperando ser lavadas y una pequeña lavadora China. Entran al baño, sólo hay una poceta y lo que parece un espacio para darse un baño. No hay ducha, pero si hay una manguera metida dentro de un pipote para 100 litros, color rosa, a medio llenar de agua y que está justo detrás de la puerta y ocupa buena parte del baño.
El
segundo visitante, un hombre, señala a la mujer la escalera metálica, oxidada, que lleva a
la segunda planta. El hombre sube primero. Una vez arriba la pareja de
visitantes observa que la segunda plata entera, es una habitación. Hay dos camas, un pequeño
closet, una mesa llena de cosméticos, zapatos, ropa interior femenina colgada
cerca de la pequeña ventana y varias maletas.
Parece que no hay nadie, pero los visitantes no se rinden, así que la mujer saca de su bolso una tablet, activa una aplicación y comienza a escanear la habitación. La mujer se detiene justo donde está el grupo de maletas. En la pantalla se observa a duras penas, una silueta humana en posición fetal dentro de una de las maletas.
-Cristalina, sal de la maleta por favor. No hemos venido a hacerte daño, vinimos a buscarte para ponerte a salvo. Sabemos todo por lo que has pasado, mereces una vida diferente.
-Si no quiere salir de la maleta, nos la llevamos cerro abajo. No tenemos tiempo que perder- indica el hombre. |
La maleta comienza a vibrar y se abre el cierre. Salen primero las piernas de la chica y luego sus brazos. Como si se tratase de la Venus de Boticelli saliendo de la concha marina, emerge Cristalina. Una joven delgada, alta para su edad, piel blanca, cabellos castaños cortos, ojos claros y muy asustados. Ella está vestida con un vestido de licra rosado escotado y bastante corto en las piernas. @Desbaratador voltea la mirada, apenado por el gesto de @Catwoman, que con la mirada le dice “sádico, deja la buseadera”.
|
-¡Yo no maté a ese hombre! ¡Yo no conocía al sicario como dicen las noticias! ¡Yo no quería perder lo único que me dejó mi madre!- Cristalina arranca a llorar.
-Soy Solange, (@Catwoman) y él es el “@Desbaratador”. Vinimos a llevarte. Trae tus cosas, tenemos que irnos ya.
-Mamá quería que volviéramos a la Guaira para que yo estudiara. Ella quería continuar en el oficio pero no quería ser caminadora en el Boulevard de Macuto, porque era muy peligroso, que mejor se inscribía en una página de citas por internet. Pero la asesinaron, yo tuve que tomar su lugar para no perder lo que había logrado con tanto sacrificio y poder sobrevivir.
|
-Sabemos todo eso, pero ahora te buscan para hacerte daño. Te llevaremos con personas que te protegerán. Serás más afortunada de lo que jamás pensaste. Conocerás a tu padre.
-¿Padre? Mi padre murió en la tragedia.
-No murió. Quizá tu madre te dijo así por miedo. Pero primero debemos irnos. |
Cristalina se recupera y junto con Solange, comienza a recoger algunas pertenencias en un bolso azul. La chiquilla mete en el bolso el único zapato de cristal que le quedó de su madre. |
-@Nosferatu, @DrJekyll&MrHide, @Catwoman y @Desbaratador, acaba de llegar a la primera escalera un grupo de quince motorizados. Trece van subiendo las escaleras, todos armados con armas cortas automáticas y largas, kalashnikov y AR15- informa Amazon por vía celular, lo que puede ver desde el drone Gabriel-04.
-¿Oiste eso @Nosferatu?- pregunta @DrJekyll&MrHide al conductor de la camioneta que los espera en la calle que bordea la “pata” del cerro, mientras este aguarda en la puerta de la pequeña casa.
-No lo oigo, lo estoy viendo. Amazon ¿Es el SIBOL?
|
-Apenas un par de ellos tiene credenciales
del SIBOL, pero el reconocimiento facial de la mayoría arroja que pertenecen al
“COLECTIVO”. Específicamente a la banda de “Los Maleteros”.
Cuando
los dos oficiales de la PTJ dejaron al “Manchao” tirado en su apartamento, este
tomo el teléfono para contarles del suceso a sus amigos en el poder. La banda
de “Los Maleteros” son un grupo local afiliado al “COLECTIVO”, cuyo centro de
operaciones es el Aeropuerto de Maiquetía. Su operación consiste en robarse las
pertenencias de los viajeros y sustituirlas con piedras. Este grupo estaba
disponible para llegar a buscar a la mujer antes que los policías, y cobrar la
jugosa recompensa que hay por ella, muerta.
-Ustedes allá arriba ¡Vámonos ya! Viene gente armada para acá- informa @DrJekyll&MrHide.
-¡Si
ya oímos! ¿Cuánto tiempo tenemos?- informa @Catwoman.
-Si el grupo está subiendo la tercera
terraza, harán contacto en tres minutos- responde Amazon.
-¡Dame
blancos! Tengo cuatro balas exactas en cámara- responde @DrJekyll&MrHide.
-Tienes los blancos disponibles. Si
llegan a las escaleras de la cuarta terraza, abre fuego.
La
camioneta cherokee 2005, color verde, de
Horacio llega a la primera escalera del barrio Maiquetía y se estaciona al lado
del grupo de motos baratas de “Los Maleteros”, que son custodiadas por dos
miembros de la banda, que al reconocer a los dos policías, se hacen los locos y
les quitan la mirada. El ojo de un policía viejo y vivido como Horacio,
reconoce que son maleantes. Un gesto con la cabeza hace entrar en línea a
Pedro, que quizá tengan tarde entretenida en ese operativo que parecía de
rutina.
@Nosferatu,
estacionado a 20 metros de los motorizados, también observa la llegada de los
agentes y notifica, -Señores esto se va a poner bueno. Van subiendo dos
policías.
Solange
se asoma por la ventana de la cocina y observa que hay como una especie de
caminería improvisada detrás de la casa de Cristalina.
-¿Hacia
adonde va ese camino?- pregunta @Catwoman a Cristalina.
-Es un camino que viene de “las flores” y da a un barranco donde todos botan la basura.
-Ese barranco será su ruta de escape. La pendiente es baja pero está repleta de desechos-, informa Amazon desde el cielo.
Sin más preámbulo, @Desbaratador dibuja una puerta con espuma explosiva en la pared de la ventana de la cocina.
Los malandros tocan las escaleras de la cuarta terraza @DrJekyll&MrHide abre fuego de ráfaga de tres disparos.
|
“Los
Maleteros” oyen los disparos y tratan fallidamente de ocultarse, pero las
escaleras son angostas, lo que los obliga a ir en fila. El primer disparo
entra por la cabeza del líder de la vanguardia del grupo y la atraviesa
impactando la cabeza del segundo, y el pecho del tercero. La segunda bala entra
por la cien del sujeto que está en la retaguardia y la tercera entra por la
cabeza del décimo sujeto de la fila. “Los Maleteros” restantes (ocho) abren
fuego en todas direcciones, pensando que están siendo emboscados.
@Desbaratador detona la espuma, pero la explosión en vez de abrir un boquete del tamaño de una puerta, vuela el muro completo. La casa se tambalea.
@Desbaratador, @DrJekyll&MrHide, cargan en hombros a Cristalina y a @Catwoman y salen de la inestable construcción. Cuando van a mitad de camino, la casa se desploma rodando cerro abajo. Cristalina grita y @Catwoman que en principio se quejaba que la cargaran, cubre la retirada HK-MP7 en mano.
|
Los
escombros de la casa de Cristalina ruedan por las escaleras de la cuarta
terraza, cayendo en los techos de zing y tablas de las casas cerro abajo. “Los
Maleteros” huyen del desastre, pero en la segunda terraza están subiendo los
dos detectives de la PTJ, que al verlos empiezan un tiroteo.
@Nosferatu
retrocede la camioneta a toda velocidad para llegarle a la cara oeste del
cerro, por donde termina el desfiladero que la gente de la parte alta del
barrio usa como botadero de basura y que desemboca en una quebrada medianamente
caudalosa.
Los
malandros que cuidan las motos no notan la retirada de @Nosferatu, porque el
tiroteo en la parte alta es intenso. Los hombres sacan sus armas.
Arriba, uno de
los “Maleteros” saca una granada y la arroja contra los policías; esta rodó de largo por las escaleras, cayendo en una casa, no se sabe si hay víctimas.
Las detonaciones causan pánico en la comunidad que trata de escapar de la zona
de guerra, bajando asustada del cerro.
Horacio
hace frente a los delincuentes con su pistola ametralladora y su arma de
reglamento. Pedro hace lo propio y cubre la retaguardia. La puntería de Horacio
es buena, logra impactar en el pecho a uno de los delincuentes que intenta
lanzar otra granada, este cae al suelo y la granada explota matando a otros
dos. Pero el poder de fuego de la banda es muy superior al de los policías. La
explosión les da oportubidad de emprender la retirada. Pedro va primero.
Desde
la calle que bordea “la pata del cerro” los que cuidan las motos están atentos
de la bajada de los policías. Uno de ellos avista a Pedro en un claro de las
escaleras que logra verse desde donde está y hace varios disparos. Pedro es
alcanzado en el pecho y el abdomen y cae por los impactos, pero no está muerto,
enfrenta a los delincuentes, matando al que le disparó.
Cubiertos
de barro y un pestilente olor a basura, @Desbaratador y @DrJekyll&MrHide, con las mujeres en hombros llegan a la
camioneta con @Nosferatu. @DrJekyll&MrHide
mete a @Catwoman en el asiento delantero y @Desbaratador se acomoda con
Cristalina en el asiento trasero y luego @DrJekyll&MrHide, Cristalina en medio de los dos hombres.
@Nosferatu arranca a toda velocidad, encontrándose con el Subarú Imprezza de Piero,
que va en dirección contraria.
-@Desbaratador, querido, cuando pusiste la espuma explosiva ¿retiraste la bombona de gas de esa pared?
-Eee uhh “Katty”…
-Tranquilo ya no expliques nada, ya lo vi todo.
-¡VOLASTE MI CASA ESTÚPIDO!- Cristalina se quita una chancleta y emprende a chancletazos al @Desbaratador. Pero el tiroteo es intenso y la preocupación por el segundo grupo, que no se devuelve, impide que los ocupantes de la camioneta, arranquen a reír con la cómica escena.
|
Horacio logra poner de pie a su compañero y van escaleras abajo velozmente. Pero su camino es detenido por el segundo cuidador de las motos, que está armado con una Uzi.
|
El Subarú Imprezza de Piero se abre paso, a toda velocidad, entre la gente que huye del barrio y derrapa. Kenya (@AlfayOmega) abate a tiros al hombre de la Uzi. @Perrofino sale del puesto trasero y ayuda a Horacio a bajar a su compañero:
-¡Vengan con nosotros o moriran!- Horacio aprueba con un gesto las palabras de @Perrofino, mientras este cubre la retirada a tiros de su P90.
Horacio mete a su compañero en el puesto trasero del pequeño auto y @Perrofino, que sigue disparando, se mete en la maleta. Piero derrapa y se retira del lugar.
|
Los
cinco “Maleteros” sobrevivientes abordan sus motos, pero una lluvia de fuego
cae sobre ellos. Es el Gabriel-04 que todo este tiempo sobrevoló el campo de
batalla, pero que no había podido intervenir debido al compromiso de civiles no
involucrados, los habitantes del barrio. Amazon, esperó a que los delincuentes
estuvieran a campo abierto para fumigarlos con su cañón Gatling de 20mm.
Horacio
cubre con fuerza la herida de bala en el abdomen de su compañero Pedro. Romeo
mira a Horacio y lo ayuda a sostener la compresa.
-¿Cómo
se llama usted?- pregunta Romeo (@NIMITZCVN76).
-¡Horacio!
Detective Horacio Pantoja.
-Lo
siento Horacio- Romeo rocía en la cara de Horacio un potente somnífero y este
se desmaya sin hacer el menor amago de resistencia.
La luz del sol llega a los ojos de Horacio que despierta con un fuerte zumbido en los oídos. Horacio se da cuenta que se encuentra en el medio de una extraña estructura de concreto armado. Parece como si se tratase de un agujero de diez metros de alto y cerca de ocho metros de diámetro. Se observan pequeñas ventanas en las paredes del cilindro de concreto y en el tope un enrejado por el que entra la luz del sol. En los envigados de concreto y metal, y en los arcos que sostienen el túnel que lleva al agujero, se pueden ver números correlativos y letras japonesas hechos con pintura negra.
|
Horacio
se acomoda en la silla donde permaneció dormido durante varias horas. Va
recuperando poco a poco su campo visual y se da cuenta que está en la cabecera
de una mesa para seis. Del otro lado está César Augusto (@LucioAugustoX),
sirviendo una taza de café.
-¡Que de tiempo Horacio! No nos veíamos desde la academia militar ¿Cuánto? ¿Treinta años? Tómate una taza de café negro, para que se te pase el dolor de cabeza. Para la tortícolis, ahí tienes un tubo de Bengay. Llevas tres horas roncando en esa silla jajajaja.
-¡Mi compañero!
|
-Pedro es un muchacho fuerte. Está en recuperación, mi hija, @Doñaspirina y el @ElDoctorcito, le sacaron la bala del abdomen. Sobre los otros disparos; tiene fisuras en las costillas y hematomas en el torax. Interesante que ustedes, usen chaquetas blindadas de Miguel Caballero.
|
-Todos en este país, “raspamos el cupo”, sólo que unos lo gastamos de manera más inteligente que otros. Siempre le dije a Pedro, desde que se graduó y me lo asignaron, que para ser policía en este país, si tú mismo no te procuras tu seguridad, no lo hará nadie. ¡Esos mald=/&%$#os chalecos “antibalas” chinos que nos dan! ¡Es mejor andar desnudos!... Con este calor, no vendría mal.
-Pues tu consejo le salvo la vida a tu compañero. Brindemos por eso- @LucioAugustoX levanta la taza de café, Horacio repite el gesto y prueba un sorbo.
|
-¿Qué
es este lugar?
-El
Mando Central de “La Hermandad”. En lo que quedó del Túnel Caracas-La
Guaira Este.
-¿Caracas-La
Guiara Este?
-Cuando
Gómez Jiménez construía la Autopista Caracas La Guaira, por el oeste, se
iniciaban los estudios para construir un túnel que permitiera llegar a la
Guaira por el este, desde Altamira. La compañía Aceros Japoneses estaba
interesada en esta obra porque sería ventajosa; se pagaría con la bauxita, o
cualquier otro mineral de valor, que se extrajera de la montaña.
Pero la geología del Ávila hacía inviable el concepto original. Un pequeño sismo y se perdía el túnel por fractura o por derrumbe. De hecho el terremoto de 1967 le dio la razón a los detractores del proyecto.
|
Pero los japoneses no se dieron por vencidos, y encontraron otro lugar donde perforar, más una tecnología nueva que haría el túnel más fuerte, pero flexible, más largo y más caro. Gómez Jiménez costeó la aventura con una partida secreta. El personal era exclusivamente japonés. Esto que ves son los túneles de servicio, lo primero que debía construirse y lo único que pudieron hacer los japoneses antes que Gómez Jiménez fuera derrocado.
Los planos originales se quemaron en el incendio de la torre este de Parque Central, ordenado por el #CapitánHallaca, para tapar las corruptelas de su gestión. Nadie se interesó antes por continuar la obra o venir aquí, porque todos los documentos y planos, estaban en japonés, y a nadie le interesaban unos papeles viejos en un idioma que no pudieran entender.
Sólo nosotros, “La Hermandad”, sabemos de este lugar y lo hemos vuelto habitable.
|
-¡Caramba! César Augusto, hasta una “Baticueva” tienen. Por cierto ¿Somos tus prisioneros?
-Son mis invitados, por muy poco tiempo. Tan pronto podamos subir a Pedro a una ambulancia, los dejaremos a ambos en la Clínica Caracas y les devolveremos sus celulares y sus armas.
-¿No temes que revele este secreto? |
-Si
tuviera ese temor, ya estarías muerto.
-¿Y
Cristalina?
-Ella
irá con gente que pueda ayudarla a rehacer su vida. Por cierto, le devolvimos su zapato de cristal.
UNA SEMANA MÁS TARDE…
Cristalina
está sentada en el centro de un viejo sofá victoriano. Nakarit está sentada a
su derecha y Kenya a su izquierda. Las tres están esperando ansiosas la llegada
de un personaje importante.
Mientras,
en una esquina del salón, en frente del sofá, están dos señoras de la tercera
edad reunidas en torno a una tercera, que parece ser la dueña de la casa. La señora que preside la pequeña reunión, está visiblemente afectada,
carga en sus manos un portarretratos y sus ojos comienzan a llenarse de
lágrimas. Las otras dos mujeres auscultan el retrato y miran hascia donde están
sentadas las tres mujeres. Las señoras ponen caras de asombro y comentan entre
ellas.
Una
tercera mujer anciana y su nieta, Céfora, entran al salón, acompañadas de la
mujer del servicio. La anciana con un velo bordado color negro, que cubre su
cabello, voltea a ver el sofá donde las tres jóvenes están sentadas, pone cara
de susto y se persigna, mientras Céfora cubre su boca con las manos, sostiene a
su madre y la lleva a unirse a la reunión.
-Chicas,
esas señoras de allá, me están asustando ¿vieron que aquella se hizo la cruz
cuando me vio? No entiendo ¿Por qué estoy aquí? Deben saber soy prostituta. Las viejas "estiradas" y las sifrinas "hedionditas", se ponen como locas y nos tratan con asco cuando nos ven.
-Deja la angustia. Aquí
es justo donde debes estar. Sólo falta alguien aquí-, indica Kenya, para calmar
a Cristalina, tomándola de la mano.
-Nunca
había estado tan vestida y con tan poco maquillaje. Nakarit, gracias por
prestarme este vestido, está precioso.
-Tranquila
Cristalina. Lo del maquillaje de día, fue más útil de lo que esperábamos.
La
mujer del servicio vuelve a entrar en el salón y llama a la señora de la casa
con un gesto. La señora, aferrada al portarretratos, llama a su vez a Kenya.
Esta toma un papel de su cartera. Las tres van a la antesala de la vieja casa a
recibir a la persona que esperan.
Ernesto
desciende de una camioneta blindada color blanco escoltado por dos agentes de
la policía regional, vestidos de civil.
-¡Hijo!
¡Tienes que ver esto!- la señora de la casa se abalanza en un abrazo contra
Ernesto, visiblemente sorprendido por el gesto y la presencia de Kenya en la
casa de su madre.
-Buenas noches mamá. Me demoré porque no conseguí mostaza. En un sitio había de la cara, pero no me la vendieron porque no me tocaba el número de cédula. Y tú -se dirige Ernesto a Kenya- ¿Qué haces acá? ¿No conforme con fustigarme en las redes sociales vienes a casa de mi madre para angustiarnos?.
-No Querido, vengo a presentarte a tu hija.
-¡Hija! ¡Yo no tengo hijos! Y esa mujer que anda poray diciendo que está embarazada de mí. Eso no es cierto, es una fanática enamorada y loca, que quiere chantajearme.
|
Kenya se sacude la cabeza y hace una mueca – ¡Ya va! ¡Ya va! ¿Embarazada? Me estás hablando de otra mujer. Yo hablo de tu hija de 16 años.
-¿¡AAAAAHHH!? ¡16 años! Pepep…
-Peppe ¿Qué pepe? ¡Web#$#””n! ¿Qué no te acuerdas de la mujer del vestido Azul? ¿De la fiestota aquella del Eurohotel? ¡Ya se a que se refería la prensa social cuando decía que te desapareciste!
-Ah… la mujer aquella… Eliana, Eloina….
-Eliette se llamaba.
-¡Sí, la de los zapatos de cristal! ¡Pero si solo fue una sola vez que!… tu sabes.
|
-Mi querido adolescente eterno, con el respeto de tu madre acá presente, lamento mucho que ella y tu padre tuvieran que hacerte por partes, pero para el resto de los seres humanos, una sola vez, sin protección, es suficiente. Aquí tienes la prueba de paternidad -Kenya le entrega a Ernesto el papel que sacó de su cartera-. Estas pruebas siempre dan 99 punto mil veces nueve, pero esta es la primera vez que veo un resultado de 100% exacto en cinco corridas de dos equipos distintos.
-¿Cómo
coñ#$$%&&/? Conseguiste mi…
-Me conoces bien. Conseguí una muestra de tu sangre a través de uno de tus
médicos. Y no te molestes en preguntar quién fue, porque ni él mismo lo
sabe.
-¿Cómo
se yo que esto no es un fraude?
-De
la misma manera como no te enteraste como te robaron la presidencia… Puedes
repetir la prueba cuando quieras estúpido.
-¡Hijo! No va hacer falta discutir la veracidad de esa prueba. Apenas la veas, sabrás que es cierto-, la señora madre de Ernesto le entrega a su hijo el portarretratos con una vieja foto en blanco y negro de una jovencita, retocada con pincel por algún artista, como era la usanza en los años 30.
Ernesto, la señora y Kenya entran al salón. Cristalina y Nakarit se ponen de pie y las amigas de la señora de la casa hacen silencio.
Ernesto, se pone blanco y casi cae al suelo cuando ve lo que tiene frente a sus ojos. Se tapa la boca de la impresión.
|
-¡Viste
hijo mío! ¡Es idéntica a Mama Ima!- la señora no puede contenerse más y arranca
a llorar colocándose un pañuelo bordado, color blanco, en los ojos.
-¡Será que alguien me explica que está pasando!- exclama Cristalina.
Ernesto, con los ojos enrojecidos, se acerca poco a poco a Cristalina, mirándola desde los pies, vistiendo los zapatos de cristal, hasta los ojos.
-Yo lo conozco a usted. El "Burro" Nicodemo lo nombra cada vez que puede, burlándose de usted y dicéndole vulgaridades. Usted es…
|
-¡YO,
SSOY TU PPADRE!
Esas
palabras fueron como un empujón que hace que Cristalina caiga en el sofá.
-No sé
si esto es una broma de muy mal gusto o una nueva forma que usa usted para ganar
votos, pero yo no votaré por usted ¡NUNCA!- exclama Cristalina con lágrimas en los
ojos.
-¡OH
Dios mío! ¡Esas fueron las últimas palabras de Mama Ima antes de morir! Ernesto…-
La señora busca refugio en los brazos de la señora del servicio.
-Mire
señorita ¡no me le salga con una patá a su pae! ¡Usté es igualita a la difunta!
Jasta en el caráter….- replica la señora del servicio.
-Mamá
siempre me dijo que mi padre murió. Pero yo nunca sentí que eso fuese así. Más
bien pensé que por el oficio de mi madre, mi padre podría ser cualquiera. No
pasó por mi mente que fuera usted- Cristalina arranca a llorar abrazada de
Nakarit.
-¿Cómo
puedo recuperar el tiempo perdido?
-¡Para empezar, ayudándonos a sacarla del país! La policía, el SIBOL y el “COLECTIVO” la persiguen para apresarla o matarla, o ambas cosas. Cuando sepan que es tu hija- Kenya mira con desprecio a Céfora y esta le saca la lengua y le hace una morisqueta –no tardarán en ir contra ti. Tendrás todos los detalles que quieras sobre su caso. Nosotras acomodamos sus papeles, pero ponerla a salvo es lo primero.
-Domitila por favor, llámame a Germán allí.
Germán, uno de los guardaespaldas de Ernesto, el más viejo, entra en el salón.
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-Germán
dile a Francois que nos vamos para allá. Él ya sabe. ¿Kenya
a que país la llevamos?
-Holanda. Su “Madrina” Yamira la está esperando allá.
Nakarit pone de pie a Cristalina y la coloca frente a Ernesto, Este la toma de las manos como aquel momento en el que Eliette y él bailaron en aquella fiesta hace 16 años. Ernesto la abraza con fuerza.
Fue
un lago viaje de doce horas, primero a República Dominicana y luego Ámsterdam. En la recepción, a la salida de imigración, está Yamira del Carmen, el “Hada Madrina” de Eliette, su madre, esperando a "Cristalina" en compañía de sus dos hijos Bremen y Thomas.
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DEDICADO A MIS SEGUIDORAS, EN ESPECIAL LAS QUE AÚN CREEN EN CUENTOS DE HADAS Y PRÍNCIPES AZULES.
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El Doble y la Dobláa
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