sábado, 28 de noviembre de 2015

3.34 LOS RAMOS


EL OBRERO


Joel Sano se levanta como todas las madrugadas a las 4, para arreglarse e ir a trabajar. Arregla las sabanas de la cama inferior, de una litera que comparte con otro trabajador. Luego de asearse en el baño común, se dirige a la pequeña cocina que está en una esquina de la habitación, donde duermen otros ocho hombres.


En la cocina prepara café con una pequeña cafetera italiana. Edwin Chen, se le une unos minutos después, para acompañarlo en una extraña experiencia culinaria para el desayuno. En la pequeña cocina, Joel monta una plancha mientras Edwin amasa la harina de maíz, tal como se lo enseñó Joel hace varios años, cuando se unió a la cuadrilla de maestros de obra, de Deusth Ferrostaal.


Joel musicaliza ese momento de preparar el desayuno con algunas canciones de su ipod. Canciones de una tierra lejana donde predomina el arpa y otros instrumentos de cuerda.

El desayuno está listo. Tortas de maíz, para los filipinos, arepas para Joel, acompañadas de sardinas fritas y huevos revueltos, “perico”, diría Joel.

A las siete de la mañana, llegan los autobuses, de fabricación india, a las puertas de cada uno de los improvisados edificios del campamento. Cientos de trabajadores filipinos hacen cola ordenada y silenciosamente para abordar los autobuses. En un sentimiento confuso, entre la admiración y la nostalgia, Joel extraña el desorden de su añorada Charallave, donde trabajadores de la misma condición social, abordaban los autobuses atropellando a otros y coleándose, entre risas e insultos.


Llegan los obreros a la obra, la segunda etapa del hotel Mujib Al Kalifa. Joel Sano es maestro de obra y jefe de cuadrilla. Coordina cabilleros, albañiles, grúa y soldadores. Esta vez le toca el piso 25 de la supermoderna estructura de concreto armado, que servirá de alojamiento a los turistas que asistirán al mundial de fútbol en 2022.


Romina Márquez llegó hace dos días de España. Está loca por el calor que hace en Doha, No puede llevar su largo cabello negro, suelto, sino tapado  por un hijab y tiene que usar prendas anchas que no dejan ver su delgada figura. Romina, al igual que Joel, extraña Venezuela. Allí ella podía andar vestida como quisiera, llevar escotes, o mostrar su ombligo, usar pantalones pegados a sus muslos y calzar esas sandalias con las que una vez enamoró a un hombrePero ahora es una extraña en un mundo donde los hombres apedrean a las mujeres que se dejan ver los pies.

Romina  es una de las consultoras de una prestigiosa empresa transnacional de climatización y refrigeración. Está en Qatar, porque le toca realizar un levantamiento de información en la segunda etapa del Hotel Mujib Al Kalifa, para resolver un entuerto que dejaron los arquitectos japoneses del suntuoso edificio. Es su responsabilidad, que el edificio de tres mil millones de dólares, no sea un horno para sus huéspedes. 

-“Dios, tengo que usar este trapo en la cabeza, lentes de seguridad y de paso ¡Casco! ¡Qué horror ser mujer en este país del coñ#$%! madre”- es el único pensamiento que invade la mente de Romina, mientras Daniel Mongua, ingeniero residente de la obra la acompaña en el improvisado ascensor, y le explica los pormenores del problema que descubrieron.

-Mujé ¿No extrañas Venezuela?- le pregunta Daniel, con marcado acento gallego.

-Mírame. Con este trapero loco, me quiero morir.


-Llegamos al nivel 25. Aquí es donde la cosa se empieza a poner fea para los tubos de agua helada.

Los dos ingenieros observan en la tablet los planos y comparan con los espacios construidos.

-Me di cuenta cuando comenzamos a desmontar el encofrado. Yo dije ¡Hombre! Esos tubos no van a caber por ahí- Mongua señala angustiado.

-Todo el sistema está mal diseñado. Van a tener que hacer esa galería más grande y sacrificar espacio de los vestieres de esas habitaciones. Eso es un pelón de bol”#$ horroroso, ese chino que hizo estos planos era un paju”#&.

Ante la expresión “Pelón de bol”#$” y “paju”#&”, Joel, que venia cargando unas herramientas, se alarma y desvía su rumbo. Sólo los venezolanos usan esas expresiones. 

-¿Pelón de qué?

-Decimos así en mi país, cuando alguien se equivoca de esta manera… Yo en mi país no decía esas palabrotas, pero ahora no quiero renunciar a ellas.

-Jajajajaja… es duro dejar tu tierra. Que te lo digo yo que tengo treinta años en estos lados. Voy a España y más bien me siento turista.

-Mira esas galerías deben ser por lo menos el triple de grandes, por el aislamiento de los tubos, más la maniobrabilidad de la instalación y el mantenimiento. Aparte, debe haber válvulas check para evitar reflujos y válvulas de servicio en cada piso. En ese huequito no se va a poder.

-¡Joel! Venga acá ahora- Joel se presenta cabizbajo, -La señorita Romina Márquez de Trane International. Ella va a darle unas instrucciones de campo, mientras ingeniería acomoda estos planos. Seguro hay que traer la cortadora, porque con martillo, no se va a poder, y hacer este agujero más grande. Traiga al fabricador para que haga un refuerzo y así no se debilite la placa. Ya el piso 26, lo hacemos con los planos nuevos.

Joel le hace una reverencia a Romina, pues dar la mano a una mujer que no es tu esposa, también está un poco limitado en esos lados. Pero Mongua le reclama:

-Hombre, quítate el casco y los lentes para que la mujer te conozca cuando vuelva. Porque para la próxima visita, vos la vas a acompañar hasta acá arriba.

Temeroso Joel se quita el casco y los lentes. Romina se asombra de lo que ve. Pero los lentes de seguridad oscuros evitan que Joel vea la expresión de sus ojos. Joel está muy nervioso. Teme que la venezolana, lo pueda haber reconocido.

PRESTADO ¡NO!


A miles de kilómetros de allí, en Maiquetía, en la rampa 6, la presidencial. Floripondio espera en la puerta del avión a su hermano a su hermano Floripio, que viene de Maracay en un vuelo de helicóptero.

El Eurocopter EC-145, aterriza cerca de uno de los PILATUS PC-24 de la familia Ramos. Uno de los escoltas de Floripio desciende de la aeronave y le abre el portón a su jefe. Los hermanos se encuentran en un abrazo y se disponen a abordar el avión, con destino a la paradisiaca isla de San Martin.

Pasando revista de todos los que abordan la aeronave, Floripondio observa algo que llama poderosamente su atención:

-Mira Floripio ¿Y tu escolta Panchito Mondefuá?

-No vino, según que tenía una cag$%#on, un pescado que le cayó mal, un cuento ahí me echó y no vino.

-¿Y este pana?- señala Floripondio a un sujeto vestido con una especie de batola blanca y un pequeño sombrerillo blanco, a la usanza árabe.

-¡Ah! Él es Abdelamid, un escolta que me presó Osama Bin El Salami.

Floripondio mira con rabia a su hermano y lo hace bajar del avión, para hablar con él aparte.

-Chamo, la Tía Celia siempre nos dice que nunca pidamos escoltas prestados, que la llamemos a ella.

-¿Pero si ella está en Qatar?

-No, no, no, no, no. Eres un cabezehu%&$#o Tía Celia es muy estricta con sus vain%$s. No podemos confiar en nadie que no sea de la familia, y tú sabes que es así.

-Oye pero el pana de buena fe nos presto al pana vale. No le puedo hacerle ahora un desprecio a ese chamo. Se pone peor la cosa.

-Verg&$# mamaw/&$bo. Lo voy a dejar pasar, pero mira que se lo voy a decir a Tía Celia pa que te jod#”- Floripondio se acerca al sujeto seguido por Floripio cabeza agachas – Mira mi pana, y tú ¿trajiste armamento?


-No necesito armamento amo Floripondio. Mi cuerpo ofrecido a Alá es suficiente.

Ante esas palabras, Floripondio voltea con cara de perro a mirar a su hermano, le tuerce los ojos y luego llama a uno de sus escoltas de adentro del avión-¡“Cabeza e’ Motol”!

-¡Diga jefe!

-Busca ahí en el carro una pistola y se la das aquí al pana, que ni pistola trajo.

-¡Voy!


Resuelto el problemita de la pistola, el PC-24 alza vuelo que durará media hora hasta el aeropuerto Princesa Juliana de San Martin. En el entretenido vuelo sobran las botellas de champaña Louis Roederer Cristal Rosé, la música bailable y las prostitutas “prepago”.

Cae la noche sobre el principal aeropuerto de San Martin y el PC-24 de los Ramos aterriza y se desliza por la pista, hasta el área de los hangares, donde descansan otras aeronaves privadas. Descienden los seis escoltas de los Ramos, incluyendo al escolta “prestado” y establecen un perímetro alrededor de la aeronave.

Dos Bentley Continental se acercan al perímetro de seguridad y de cada uno de ellos descienden tres sujetos, entre rubios y pelirrojos de vestimenta casual. Dos de ellos, los más altos y que aparentan ser de mayor edad, maletines en mano, se identifican con uno de los escoltas, y este por radio avisa a los que están en el interior del avión. El mensaje recibe respuesta afirmativa y el escolta guía a los dos hombres dentro de la aeronave.


A cientos de kilómetros de allí, mar Caribe adentro, cerca de las costas de Haití, dos yates se encuentran y se detienen, separados uno del otro, apenas por cinco metros. En cada uno hay hombres armados, esperando órdenes.


EL "CABALLO LOCO"

Los pelirrojos entran al avión y comienza un Diálogo en Inglés, entre estos hombres y Floripio Ramos:


-¡Buenas noches! Declan ¿Cómo estás?

-Bien. Como te lo prometí. Aquí está mi padre Aiden.

-Floripondio, nuestros nuevos clientes de Nueva York, Aiden y Declan Mc Baird, son los jefes de los Ratkeale Rovers de NYC, no son los mismos de Boston. Ellos van a vender nuestro producto en Manhattan.


-¿Estos son los mismos que “se echaron” a los Armenios con los que tuvimos negocios por cinco años?

-¡Ellos mismos!

Floripondio no luce tan entusiasmado como su hermano. A él no le agradan los cambios, menos en la clientela.

-Decidimos continuar el negocio con ustedes como proveedores, ya que la calidad, precio y tiempos de entrega son bastante buenos. Por ser un nuevo cliente en una plaza vieja, y por ser nacionales, decidimos apoyarlos y aceptar sus condiciones- habla Aiden en tono muy cordial –Llevan varias semanas negociando con mi hijo allá en Venezuela, así que sin mucho más preámbulo vamos a cerrar el negocio.

-¡Fino! Dos toneladas de cocaína de pureza 100% a $50 mil el kilo.

-¿Tienes la muestra?- Pregunta Declan.

-¡Claro!- Floripio le hace una seña a su hermano, y este saca un maletín. En su interior hay una bolsa ziplock con lo que aparenta ser “la mercancía”.

Aiden recibe la bolsa, le hace una seña a su hijo, y este saca de un maletín un dispositivo. Floripondio se pone nervioso y pregunta ¿Qué cosa es eso?

-¡Tranquilo! Es un cromatografo portátil, la época de la gotita azul ya pasó. Debemos verificar que el producto es 100% puro como tu hermano alardeaba en Caracas.

-Adelante Declan ¡Estréllate con la realidad!

Ante la invitación de Floripio, Declan toma con una cucharita esterilizada, parte del polvo y lo vierte en una probeta. Agrega unas gotas de diluente, lo bate ligeramente y lo coloca en el receptáculo del cromatógrafo. La pantalla muestra un solo pico creciente. Señal inequívoca que hay sólo una sustancia en la probeta y su concentración es 99.999%. Los cuatro hombres se alegran. Aiden toma su celular satelital y da instrucciones a los hombres de su yate. Floripondio hace lo mismo. Declan saca la laptop para proceder a hacer el depósito a la cuenta del SCHWEIZER BANKRÄUBER en Suiza, a nombre de Inversiones Ramos Ramos SRL.


-¡Aguarden!

-Declan y Aiden se detienen.

-Tenemos un producto nuevo que quisiera que lo vieran con el aparatito ese y me dieran su opinión a ver si se interesan- Dice Floripio aún más emocionado. Floripondio no entiende que sucede, hasta que su hermano saca de su chaqueta un envase con un polvo color lila.

-¡No, no, no. no! no le hagan caso. Mi hermano está loco. Desde que vio Breakin Bad se las da de científico y se ha puesto a jugar con la mercancía. No le hagan caso.

Declan y Aiden entienden a medias los reproches de Floripondio, pero aún así se interesan por el producto y deciden pasarlo por el cromatógrafo.

-Verán, yo entiendo que el mercado está muy competido, hay las drogas tradicionales y naturales como la marihuana, cocaína, la heroína. Pero ahora hay pastillas, metanfetaminas, éxtasis y cientos de porquerías que hacen con desinfectantes. Marihuana genéticamente modificada ¿Han visto? Así que el cartel Boliche ha decidido ponerse al frente de la situación y ofrecer una mezcla de cocaína con heroína.

-Esa mezcla es letal, vas a matar a los clientes- Responde Aiden entre risas.

-No, no, no. Esto es diferente, pruébenlo si quieren.

-Huele a desinfectante para baños- Reclama Declan.

-Oh sí, porque ese olor distrae a los perros- dice Floripio, cosa que es falso, los perros antidrogas son más inteligentes que eso.

Aiden prepara la muestra y la coloca en el aparato. De nuevo un solo pico pero en otra banda. Aiden mira con atención a su hijo y estos miran a los hermanos Ramos. De ser una mezcla empírica de las dos drogas, habría dos picos.  Luego Aiden coloca unos comandos para ver el diagrama molecular del nuevo producto. Aiden no termina de salir de su asombro.

-¿Cómo hicieron esto?

-Una fórmula única ya probada en las calles de Caracas. Se llama “EL CABALLO LOCO”. Es la unión de lo mejor de los dos mundos. La euforia de la cocaína, con el mundo alucinante de la heroína- Floripio sonríe orgulloso ante la mirada atónita de su hermano.

-¿Tienes más de esto?

-¡Claro! Si estás interesado te lo vendo al mismo precio de la blanca tradicional, sólo si llevas por lo menos diez kilos.

-¡Adelante! Deberías estar orgulloso de tu hermano, es un visionario- le dice Aiden a Floripondio que hace una mueca con los labios, y los ojos como dos yemas de huevo frito y asiente.

De nuevo los teléfonos satelitales se ponen en funcionamiento. En plena faena entre los dos yates, trasladando la mercancía de uno al otro. Los capitanes reciben las instrucciones de despachar diez kilos de las del envoltorio “moradito”.

BATALLA CAMPAL

Declan hace el depósito, pero a pocos kilómetros de altura un SAAB-340 AWAC de la marina de los Estados Unidos, monitorea toda la operación. Uno de los operadores del avión, agente de la DEA, llama con urgencia a su compañero para informarle que viene entrando una segunda lectura del cromatógrafo. Al ver el diagrama molecular de la sustancia desconocida, este no duda en ordenar, enviar “eso” a Atlanta.


Floripondio descorcha una botella de champaña y brinda con sus clientes, cuando de pronto el brindis es interrumpido por el estruendo de los motores de tres aviones V-22 Osprey. Los escoltas son sorprendidos, cuando estos aviones salen desde la parte de atrás del edificio del aeropuerto y rodean el avión de los Ramos.


Uno de los escoltas abre fuego contra uno de estos aviones, pero el tirador que sobresale de la ventanilla lo abate con un tiro de fusil barret. Reina el Caos. Los Ramos entran en Pánico y los Ratkeale Rovers también salen corriendo del avión, no sin antes recriminar a los Ramos sobre su delación a la policía.


Los Osprey aterrizan y la puerta de carga, se abre violentamente. Entre 6 y 8 SEALS descienden y con cada grupo, cuatro miembros de la DEA debidamente identificados.


Tiros y explosiones en el aeropuerto de San Martin, inquietan a los turistas, que temen se trate de un ataque del Estado Islámico. Los SEAL abaten a otros dos de los escoltas y someten a otros dos. Los Ratkeale Rovers se entregan sin hacer resistencia. Luce más bien sospechoso a los ojos de Floripondio que los hombres estaban más bien preocupados porque los agentes de la ley, los reconocieran y no les dispararan. Floripio llora y grita. Son demasiados hombres armados que van contra ellos.




En altamar, mientras los yates terminaban el despacho. Un grupo de buzos, salido del yate del “cliente” aborda y somete sigilosamente a los tripulantes del yate despachador. Cuando los hombres que caleteaban la mercancía se dieron cuenta, ya era tarde. El yate estaba tomado. No hubo resistencia.



En medio del rápido tiroteo, entre los escoltas de los Ramos y los SEAL, los hermanos  son llevados arrastras, por los agentes de la DEA, desde su avión hasta uno de los Osprey, cuando de pronto ocurre lo impensado. Los cuatro ven a Abdelamid, el escolta árabe, correr por la pista gritando “Al lá Akbaaaar” y arrojarse dentro de uno de los Osprey. La explosión de la aeronave tira a cuantos están de pie, al suelo y la onda expansiva, destruye varias vidrieras en el aeropuerto.


Los reconocidos pediatras, Jhonson y Jhonson, dicen en su tratado de psicología infantil que: “Todo niño malo, es llorón”. Por eso no fue extraño ver a Floripio y Floripondio abrazados el uno al otro, pegando lecos de mujer a un lado de la pista. Uno de los agentes de la DEA se arroja sobre Floripio, cual jugador de fútbol americano, mientras que un SEAL, le pega con la culata de su M-4 a Floripondio por la espalda, arrojándolo al suelo también.


BUCEO SORPRESA

Celia Ramos y toda su familia ocupan los pisos 24, 25 y 26 de hotel Mujib Al Kalifa. Desde el ventanal de su suite, en el piso 25, Celia Ramos tiene una vista maravillosa de la avenida principal, que cruza toda la cuidad y a lo largo de la cual, se yerguen majestuosos edificios ultramodernos. La Hermana de Celia, Flora, está también fascinada, aunque esta, a diferencia de su hermana, no puede ocultar la euforia de ver una ciudad tan limpia y hermosa.


-Hay hermanita ¿Cómo es que Caracas no puede ser así?

Celia mira a su hermana ante semejante pregunta y le dice, -Esperemos que Nicodemo tenga éxito en la convención de países árabes y el petróleo vuelva a costar 100 dólares. De todas formas, Caracas no necesita verse así, la gente se nos vuelve escuálida.

Flora luego mira hacia el ventanal oeste, allí, a menos de diez metros, está la construcción de la segunda etapa del hotel.

-Hermana ¡Ven! a ver estooo…- Flora está admirando una curiosa escena en la construcción. Un fornido hombre asiático, destaca por su estatura entre los diminutos obreros filipinos. Las dos mujeres admiran a enorme hombre con el torso desnudo y el pequeño casco en su cabeza. El hombre toma con sus enormes manos un trozo de ángulo metálico y lo dobla como si se tratase de una barra de plastilina. Un anciano ataviado con chaqueta y máscara de soldador, le da instrucciones al enorme hombre, de presentar el trozo de metal para fijarlo con la soldadura. Al poco rato algo impacta a las dos Mujeres.

Joel Sano está angustiado y distraído. Teme que la ingeniero venezolana lo hubiese reconocido. Como si se tratase de una discusión entre dos, Joel debate consigo mismo si alguien que viene de tan lejos aún se acuerda de él. Esa idea lo tranquiliza, pero luego recuerda que hace cinco años, un hombre de PPTSA lo reconoció en un hotel de Malasia, por lo que tuvo que abandonar el país y dedicarse más bien a la construcción. El grito de un obrero fornido que trabaja con un anciano soldador, saca a Joel del trance.

Joel inspecciona el trabajo de los soldadores y les da el visto bueno. Por algún motivo, tal vez el peso de las miradas de las dos mujeres, Joel se quita el casco y los lentes, y se queda viendo su propio rostro en el ventanal color verde marino, del edificio de en frente.

-¡Celia! ¡Ese hombre es igualito a Camilo Anderson!

Celia tiene sus dudas ante la ante lo que ha visto, pero luego un gesto del hombre, le confirma su identidad, haciendo que el pánico se apodere de ella. Camilo se colocó de nuevo los lentes con una sola mano y luego, para voltearse, echó un poco, la espalda hacia atrás. Toda la coreografía del ademán, era característica del hombre creído fallecido en Venezuela.

LA LOCA CRUZ CARABALLO

Celia y Flora quedan durante unos minutos viéndose las caras de susto, ante el muerto revivido. Cuando Celia se recupera, decide ir al salón del piso donde están todos los Ramos reunidos, departiendo, comiendo, conversando y bebiendo. Todos ellos esperando que su matrona, Celia, los saque de paseo y de tiendas.

Como si se tratase de la “Loca Cruz Caraballo”, Celia comienza a contar uno a uno a sus familiares. De nuevo el pánico se apodera de la mujer, al ver que falta gente:

-¡Florencio, Floristarco y Floripides!

-Mande amá- responde Florencio.

-¿Dónde están Floripio y Floripondio?

-Están en el negocio…

-¿En la venta de motos?

-No.

-¿En la venta de carros?

-No.

-¿En el restaurante?

-No.

-¿En la zapatería?

-No.

-¿En cuál de los negocios Florencio?

-“El Negocio”- responde Florencio haciendo muecas con los ojos y la boca.

Celia suspira hondo y se lleva las manos a la boca, -¿Cómo se les ocurre dejar a esos dos solos en ese negocio?

-Bueno amá es que, unos clientes nuevos los citaron a San Martin, para vender el producto en Nueva York.

-¿Están fuera de Ven…? ¡Me decepcionas Florencio!

-Es para vender en Nueva York… donde el producto es más caro.

-¡Por mí que los yunkies de Nueva York se mueran de abstinencia! ¡Quiero a Floripio y a Floripondio rumbo hacia acá ahora mismo! ¡Floripides! ¡Llámalos YA! ¡Su tía Flora y Yo vamos a hacer una diligencia! No quiero que ninguno de ustedes salga del hotel hasta que yo no regrese.

Florencio cabizbajo soporta las burlas de sus otros dos hermanos y su hermanastro Nicodemito. Floripides también se burla e insulta a Florencio, mientras saca el celular satelital para llamar al par de tontos.

BROMAS PESADAS


Paco de Riveiro llega al triaje, donde tienen a los dos detenidos sentados juntos, cada uno con una capucha naranja en la cabeza y en una mesa frente a ellos, tres cajas con evidencia. De pronto un extraño sonido viene de una de las cajas. Es uno de los celulares recogido como evidencia, que aún estaba encendido. Los detenidos se inquietan.


Paco se pone los guantes, saca la bolsa. Uno de los técnicos acerca una laptop con un cable conectado, que luego Paco conecta el cable  del celular y responde la llamada.

-¿Aló?

-¿Aló? ¿Quién habla allí?

-Es Paco de Riveiro, Subdirector de la DEA para América Latina y el Caribe.

Floripides echa el teléfono a un lado y pone el manos libres:

-Oigan Florencio, Floristarco, Nicolino (el hijo de Nicodemo) ¿Se acuerdan cuando le robamos el teléfono a La Hallaquita? Que vino y llamó el papá y yo contesté “HOLA SOY EL DIRECTOR DE LA DEA, Y TENGO AQUÍ A TU HIJA CANTANDO EN EL NORTE”- Floripides hace un ademán con el brazo y las caderas, como si alguien le practicara el sexo oral.


-¡Oh si! Casi mandamos a ese viejo a cruzar el páramo del yeyo que le dio- responde Florencio.

-Hubiese resultado si Floripio no se echa a reír.


Floripio se inquieta y trata de gritar, pero con la capucha puesta no se oyen sino murmullos. Mientras Paco mira con mucha atención lo que la laptop va grabando.

-¡OYE! idiota, manda a decir la pure, que cuando Floripio y Floripondio, terminen de negociar la droga con los irlandeses, se vengan para Qatar. La vieja no quiere que ninguno se aleje de ella ¿Vale?

-¡mmmmm nuuuuu!- se oye decir a uno de los detenidos encapuchados.

-Le diré a Floripio y a Floripondio su inquietud.

-Por cierto ¿Sabe si la porquería esa que huele a desinfectante de baños la lograron vender?- Pregunta Floripides, mientras a lo lejos se oye a Floristarco reclamar que no es porquería.

-Sí, se vendió muy bien.

-¡Excelente, hay que producir más! ¡Adiós!

-Muchachos, fue una llamada muy reveladora, les conviene declararse culpables y colaborar- le dice Paco a los dos detenidos que niegan con las cabezas.


CÁLMENSE, ES RUTINA

En la Embajada de Irán en Qatar, Celia se reúne de emergencia con el agregado militar y celebran una teleconferencia con el Ministro de Inteligencia y Seguridad Nacional (VEVAK), Seyyed Mahmud Alaví.


-Déjeme ver si entiendo. Este hombre, cuya fotografía estoy viendo por internet, conocía muchos secretos indecorosos de su revolución y fue necesario sacrificarlo, con el doble propósito de acallarlo y a  su vez, acusar a algunos enemigos de la revolución de su muerte. Ahora resulta que este hombre está vivo, en Qatar, lo cual obviamente, es motivo de angustia para usted y desea que nosotros la ayudemos a localizarlo y a eliminarlo.


-¡Dicho así suena horrible!

-Tranquila, respetable dama. Cosas como las que ustedes hicieron con este hombre, son rutina acá en Irán. Y, suele pasar, que el sujeto se salva y va a esconderse del otro lado del mundo. Nosotros lo encontraremos y conversaremos con él para comprobar su identidad y dependiendo de sus deseos, nos encargaremos que el desierto se lo trague. Necesitamos sus huellas digitales y algo de ADN.

-¡Gracias S. Mahmud!

-Estamos a sus órdenes. Es usted una mujer admirable, mantener el control en medio de tanta tribulación y pesar familiar.

-¿Pesar familiar? ¿De qué está hablando?

El hombre barbudo con el turbante negro se detiene pensativo unos segundos y luego le pregunta -¿Qué usted no está enterada?

-¿Enterada de qué?

-Sus sobrinos, Floripio y Floripondio fueron detenidos por la DEA hace escasas dos horas y van rumbo a Nueva York.


Celia Ramos se pone las manos en la boca y su hermana Flora se pone de pie y casi se desmaya. -¡NO! ¡Sabia que algo andaba mal!- responde Celia poniéndose la mano en el pecho.

-Es una lástima, comprendo su pena.

EN LA CORTE

 

Amanece y los dos hermanos Ramos se encuentran ante el juez. El secretario de la corte ordena ponerse de pie a los acusados, ya vestidos de naranja y al fiscal, George Mac Namara.

-Este tribunal presenta ante el juez, el caso de Los Estados Unidos, contra a los ciudadanos venezolanos Floripio y Floripondio Ramos Ramos.

El juez Jack Thrump Badface, un juez de familia tejana, de muy malas pulgas, con fama de racista y ultra conservador cristiano, le pide al fiscal ponerse de pie y leer los cargos:

George Mac Namara, es el llamado "DDK" (the Drug Dealer Killer). Ya el solo hecho de ser él, el fiscal del caso, le dice al abogado que el caso está perdido. Sólo un abogado como Félix Goodman podría darle la pelea a este fiscal, pero él está representando a uno de los posibles testigos del caso, Saúl Nevez, lo cual provocaría un choque de intereses.

El fiscal se pone de pie y comienza a enumerar los cargos:

-Conspiración para el tráfico de drogas hacia Los Estados Unidos; Tráfico de más de cuatro toneladas de drogas hacia los Estados Unidos; Obstrucción de la ley; Resistencia al arresto y homicidio de cinco soldados norteamericanos y tres funcionarios federales.

-¡YA VA! ¡YA VA! ¡YA VA! Deja tu Odio, deja tu escualidismo… A favor- Se pone de pie Floripondio y grita amenazante contra el fiscal, mientras Floripio llora desconsolado. El abogado hala de un brazo a su defendido, mientras el juez golpea con el martillo exigiendo orden…-Es que es mentira pana. Era ese escolta loco que se explotó él solito, yo no le dije que lo hiciera.

-¡Abogado! Dígale a su cliente que se controle o sumaré un cargo de desacato. Continúe señor fiscal.

-Exigimos cadena perpetua por cada cargo para cada uno.

Floripio pega un leco desconsolado, mientras el hermano le pega por la cabeza para que se porte como un hombre.

-A ver que tenemos aquí...- El juez lee el expediente. Se le incautaron dos toneladas de drogas en un Yate de su propiedad…

-¡Ese yate no era mío!- grita Floripondio

-Podemos probar que lo pusiste a nombre de otro, para que la mujer no te lo quitara en caso de divorcio- dice Paco de Riveiro.

-Mmmm… se encontraron otras dos toneladas de drogas, en una mansión en República Dominicana.

-¡Esa mansión no es mía!- grita Floripondio.

-Podemos probar que la pusiste a nombre de otro, para que la mujer no te la quitara en caso de divorcio- dice Paco de Riveiro.


-¡Somos un rehenes del IMPERIO YANKY! ¡Tenemos pasaporte diplomático! ¡Exijo respeto de nuestra inmunidad diplomática! ¡OBAMA REGRESANOS YA!

-¿Pasaportes diplomáticos?- pregunta el juez

El fiscal saca los dos pasaportes metidos dentro de una bolsa de evidencias y se los presenta a juez –Los acusados creen que estos pasaportes, les daban poderes mágicos para traficar toneladas de drogas hacia los Estados Unidos.

El abogado está tentado a protestar, pero mejor quedarse callado, ya las cartas están echadas.

-Una pregunta para los dos acusados- dice el juez, y el abogado y los dos jóvenes se ponen de pie.


-¿Ustedes se consideran culpables o inocentes?

-¡Inocente!- grita Floripondio, pero Floripio grita -¡Culpable! Aja aja ajaaa. Los hermanos se caen a cachetadas y mentadas de madre, y son separados por los alguaciles, mientras el abogado trata infructuosamente de calmarlos.

-La próxima audiencia será el 17 de Diciembre. Permanecerán sin fianza, en el complejo 3 de la cárcel de Rykers- el juez golpea con el mazo y el abogado se lleva las manos a la cabeza.


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La Justicia de Dios está cada vez mas cerca.



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