...JUEVES
Romeo
(@NIMITZCVN76) llega a Grand Central Terminal, atendiendo a las instrucciones
de Amazon. En un recoveco, a un costado de las escaleras consigue un trozo de
papel doblado. Al sacarlo del agujero y desdoblarlo, resulta ser un sobre de
UPS. Al abrirlo, en su interior hay una llave y una nota con nuevas
instrucciones.
Romeo
sale a la avenida East 42nd, cruza y busca un servicio de casilleros en
Pershing Square, busca el casillero que indica el número troquelado en la llave,
el 508. Abre y en el fondo consigue una maleta y un sobre. El sobre contiene cinco
mil dólares ($5000) en efectivo. Romeo toma las cosas del casillero y sale de nuevo a la East 42nd, cruza y
toma un Taxi.
Romeo
le explica al taxista, en un inglés medianamente aceptable, que debe ir a Central
Park West, que es donde se encuentra @Blackman:
-Tranquilo
amigo, hablo español. Dígame sin pena donde desea ir exactamente.
-¡Que
alivio! Es el edificio Park Three 876 de West 71- indica Romeo bajo las
instrucciones de Amazon en el auricular.
-Usted
no suena de Centroamérica, suena… ¿Es Venezolano?
-Ah,
sí. Estoy de viaje de trabajo.
-¿Viajo de Venezuela para Nueva York con lo caro y complicado que está conseguir un pasaje? ¡¿NO SERAS UN BOLIBURGUÉS?!... si es así se me baja del taxi ¡AHORA MISMO!
-¡NO NO! AMIGO, somos compatriotas, pero no cooperantes. Trabajo para una firma petrolera, soy un mortal asalariado y bachaquero como cualquier otro.
-¡JUM!... “EL QUE SE CANSA…”
|
-“PIERDE”…
“Y ESTÁ PROHIBIDO LEVANTARSE SIN ILUSIONES….”
-Y
VESTIRSE SIN ESPERANZAS” ¡JAH!.... “Y EL TIEMPO DE DIOS…”
-OK
déjame acá que voy a tomar otro taxi.
-¡NO
NO NO! definitivamente eres ¡Escua..!
-¡Venezolano
Libertario y Demócrata por favor! Por cierto este taxi es ¿Mercedes?
-Siii,
es uno de los cien taxis Mercedes Clase M que hay en Nueva York.
@Blackman es sacado inconsciente del apartamento de Céfora, maniatado, amordazado y cargado por dos de los matones de Johndeer, por el pasillo de mantenimiento, hasta la calle de servicio que está detrás del edificio Park Three. Allí espera el tercer matón, el más viejo, en un auto Ford verde oscuro.
|
Los
matones meten a Hernán (@Blackman) dentro de la maleta y salen rápidamente con
rumbo desconocido.
Amazon
advierte a Romeo que la señal de @Blacman se desplaza a 10Km/h del edificio
donde estaba con rumbo oeste. Obviamente está en un auto.
El
taxista tiene sintonizada una emisora de música latinoamericana. En ese momento
está al aire un programa de baladas viejas, boleros y rancheras.
-¿Cómo
te llamas?- pregunta Romeo al taxista.
-Fausto.
Fausto Giusti, de San Cristobal.
-¡Fausto!
Necesito que vayas hacia Broadway pero en dirección norte (es la ubicación de
Hernán según Amazon).
-¿Cómo
así?
-Es
que los amigos con los que me voy a encontrar cambiaron de lugar de reunión y
me están diciendo donde van.
Fausto,
el taxista toma la vía hacia la avenida Broadway. Romeo está angustiado.
Luego
de varios cruces de calles y avenidas, el Ford Taurus verde, de los matones de
Johndeer toma la autopista Henry Hudson Parkway. Romeo indica a Fausto que
llegue hasta esa autopista. Una vez en la autopista los dos autos están a medio
kilómetro de distancia uno del otro.
Romeo rápida y discretamente abre el pequeño maletín. Es una subametralladora HK-MP7, con cuatro cacerinas llenas de balas blindadas del tipo EXACTO.
-Amazon estoy arreglando “El Regalo” por favor enciéndelo- Amazon activa las balas. Las cacerinas se iluminan en color verde.
|
El
Taurus toma la Interestatal 95 hacia el Bronx West 178. Casi medio minuto
después el taxi Mercedes amarillo toma el mismo camino. Fausto, sobreviviente
de la delincuencia en Venezuela comienza a sentirse invadido del síndrome de la
inseguridad, que creía haber dejado atrás en Caracas.
-¡CHAMO!
Esto es el Bronx. No me irás a echar una vai$#%&
-¿El
Bronx? Sonó feo eso…
-Maric#8”
esto es el Petare de Nueva York… si no conoces aquí es mejor no meterse.
-¡Verg$#%
vale! ¿Cuánto te estoy debiendo?
-Noventa
dólares.
-¡Toma
doscientos!- Romeo le ofrece los billetes al taxista –sigamos adelante y te doy
más…
-¡Menos
mal que no eres Boliburgués!
El
Taurus sale de la inrestatal por Webster Avenue y reduce la velocidad
perdiéndose en la urbanización y las calles desoladas hasta llegar a Southern
Boulevard. El taxi Mercedes logra ganar ventaja.
En
un sector desolado y depauperado del Bronx, el Taurus de detiene al final de la calle y los dos
matones se bajan del auto y abren la maleta.
El
Taxi Mercedes se detiene antes de cruzar la esquina que cruzó el Taurus para luego detenerse.
-Fausto,
déjame acá, pero espérame diez minutos. Si a los diez minutos no llego, te vas-, Romeo saca otros doscientos dólares.
-Si
así llueve ¡Que no escampe! Cuidado chamo, que esto aquí es candela y cargas como mucho real.
Romeo
se baja del taxi con la ametralladora HK-MP7 escondida en el sobretodo y corre
a toda velocidad para cruzar la esquina.
-Romeo, tienes tres
blancos armados con pistolas 9mm.
-¡Rápido Amazon carga los blancos!- Romeo cruza la esquina y saca el arma.
-A
este le vamos a meter un poco de tiros aquí mismo para que crean que lo mataron
los de por aquí- dice uno de los matones al otro, con acento centroamericano, mientras este se alista para sacar a Hernán de la maleta.
-¡Hey!
¿Y ese que viene allí corriendo?- advierte el matón hablador, que se pone la mano en
la pistolera.
-¡Un
loco de por aquí!
Romeo
dispara una ráfaga de doce disparos sin detenerse. El silenciador es lo
suficientemente eficiente como para que Fausto, el taxista no oiga el tiroteo.
Romeo
aparece por la esquina en dirección al taxi, casi cargando a su amigo Hernán
por el hombro.
-¿Tu
amigo está enfermo?
-No,
un poco ebrio pero tranquilo, no es de los que se vomitan.
El
Taxi Mercedes retorna a Manhattan.
Hernán
está abatido y desmoralizado, Romeo desarma y guarda la ametralladora en el maletín y
luego comienza a revisar a Hernán para asegurarse que este no tenga heridas
graves. Sólo la quemada producida por la electrocución para someterlo.
Hernán
luce perdido en sus pensamientos. Una vieja canción empieza a musicalizar su
desengaño:
La noche cubre ya con su negro crespón
de la ciudad las calles que cruza la gente con pausada acción.
La luz artificial con débil proyección
propicia la penumbra que esconde en su sombra venganza y traición.
Después de laborar, vuelve a su humilde hogar
Luis Enrique, el plebeyo, el hijo del pueblo, el hombre que supo amar.
Y que sufriendo va esta infamante ley
de amar a una aristócrata siendo plebeyo él.
Trémulo de emoción, dice así en su canción:
El amor, siendo humano tiene algo de divino,
amar no es un delito porque hasta Dios amó
Y si el cariño es puro y el deseo es sincero
¿Por qué robarme quieren la fe del corazón?
Mi sangre aunque plebeya, también tiñe de rojo
el alma en que se anida mi incomparable amor.
ella de noble cuna y yo humilde plebeyo,
no es distinta la sangre ni es otro el corazón.
¡Señor por qué los seres no son de igual valor!...
En
medio del conmovedor lamento del cantante, Hernán comienza a llorar a moco
tendido como si se tratara de un niño abandonado.
El
taxista queda atónito mientras Romeo permanece silente, circunspecto e
inexpresivo ante el patético acto.
-Tu
amigo no es de los que se vomita, pero llora ¡Tiene una pea llorona!
-Es
complicado. Tú sabes, problemas con la mujer- se explica Romeo.
VIERNES
VIERNES
Es la una de la madrugada, el taxi deja a Romeo y a Hernán a las puertas de una pequeña casa de la Segunda Avenida. Un hombre sale y le pide a Hernán entrar. Romeo permanece afuera. Un auto negro le hace luces a Romeo. Dentro de él se logra ver a @LibertyStatue. Romeo entra al auto.
|
-Buenas
noches @LibertyStatue.
-Buenos
Dias Romeo. Es la una. Guarda esa maleta atrás. Toma esta nota. Es otro buzón
por si se presenta otra emergencia. Este está más cerca del hotel donde se
hospedan ¿Qué tan comprometida está la identidad de @Blackman?
-Tanto
como para que no esté en operación por unos días.
El
Doctor Luis Marquina ha auscultado a Hernán y curado sus heridas.
Son
las tres de la madrugada. Romeo y Hernán están en el Box House Hotel.
Antes de dormir Romeo hace un intento de aleccionar a su amigo herido física y
sentimentalmente:
-La
tarde cuando Romina se fue de Venezuela, nadie veía mi llanto porque llovía
en Caracas. Luego, cuando la vi abrazada a otro en Facebook comprendí, que
nadie se merece que sufras. Que el mundo está repleto de mujeres y cada una es
una oportunidad nueva de volver a empezar…
Mientras
Romeo y Hernán reflexionaban sobre la situación sentimental de cada uno, hay
revuelo en el Bronx. Tres hombres fueron encontrados muertos en una calle
abandonada alrededor de un auto verde.
Steve
Larson, comandante de la policía de Nueva York (NYPD) está furioso. Se acerca a
tres hombres que acaban de llegar a su escena del crimen:
-¡Paco de Riveiro y Timothy Williamson! ¿Qué hacen la DEA y el FBI en mi escena? ¿Y usted quién es?- señala Larson a un tercer hombre, de aspecto sombrío, que anda con ellos.
-Yo no estoy, ni existo.
-¡OH! Maravilloso, hasta CIA está aquí ¿Quién falta por venir? ¿La NSA o la ATF?
|
-Larson
¡Mira estas balas!- Williamson, el agente del FBI, levanta una bolsa de
evidencias con tres balas de 9mm.
Larson
observa con atención y nota que las balas tienen sendos bombillos led verde y
rojo aparte del agujero cónico en la parte trasera de las mismas.
-¡Qué
balas más raras!
-Son
Balas EXACTAS. DARPA no ha logrado hacerlas más pequeñas que el calibre 50,
pero quien mató a esos tres infelices, lo logró. Mira, el tirador disparó desde
aquella esquina y la bala le entró por la cien a conductor sorteando la puerta
de la cajuela y entrando por la ventana derecha. La gente de balística enloquecerá.
-Estos
tres son miembros de “LA MARA” Salvadoreña. Le prestaban servicio de protección
al lavador de dólares de los “Narcosoles”, Johndeer Sandoval.
El
otro hombre, el misterioso, observa la escena y a los otros tres hombres –Adelante
Paco, tú sabes sumar y restar ¡Tu Puedes!
-Los
matones de un narco, muertos con un arma no debería ni existir… ¿“La Hermandad”?
-¡BINGO!-
grita el hombre misterioso. Ante la afirmación de Paco, Larson y Williamson se sobresaltan.
-¿Tenemos
hombres de un grupo radical fascista venezolano matando gente en Nueva York? ¡Hay
que poner la ciudad en alerta naranja!
-¡Williamson ve mucho el canal 8 de ese país! “La Hermandad” no es hostil a los Estados Unidos.
Williamson encara la hombre misterioso -¡BIN LADEN! No era hostil a los Estados Unidos.
-Yo seré hostil contigo si no bajas el tono.
|
-¡Calma
señores calma! Todo apunta que este es un hecho aislado, salvo por los “artificios”.
-Haré
un par de llamadas y te diré que pasó acá- ofrece el hombre misterioso a Paco.
-¿A
él si le dices y a mí no?- reclama Williamson.
-Paco
me cae bien, tú no.
Ese viernes estaba especialmente nublado. Hacían 2°C con una niebla tan espesa pero tan delicada que la podías romper con las manos y comenzaría a caer la nieve. No dormí. Acomodé mi equipaje y me adelanté a Hernán. Era nuestro último día en Nueva York.
El timbre en el apartamento de Aída suena y la mujer somnolienta se asoma a ver quién interrumpe su sueño a las 6 de la mañana.
|
Aída
se sorprende y abre la puerta rápidamente. Es Romeo. Sin mediar palabras entra
con su equipaje en el apartamento de Aída y luego de cerrar la puerta tras de
sí y colocar la maleta a un lado, sujeta a la joven por las piernas y se zambulleron
juntos en el sofá.
La
escena era caótica pero silenciosa. Hambrientos de deseo, entre besos, abrazos
y estirones uno desvestía al otro hasta que no había barrera que impidiera que
los dos cuerpos se unieran.
Luego
de los ONCE MINUTOS, que dura hacer el amor, según el afamado escritor brasilero;
vinieron las lágrimas; la incertidumbre de si habrá un nuevo encuentro; la
despedida.
Romeo
empacó los regalos para Jaqueline y fue sorprendido con un recuerdo de Aída:
-Cuando
me dejaste con el Toro de Wall Street, sin darme hasta el momento una
explicación, me puse a recorrer las tiendas de ropa de caballeros que abundan
por ese sector. Te compré un conjunto de ropa deportiva y una camisa.
-¿Y
tu esposa vio esos regalos?- pregunta el Doctor Barreto.
-Sí,
de hecho tuve que dar muchas explicaciones y comprar cosas para Julieida de
emergencia.
Pasamos recogiendo
a Hernán. Ví un movimiento muy inusual de policías y militares en la ciudad. Llegué
a pensar que tenía que ver con el rollo de Ferguson, pero eso es en Misouri en
el centro de los Estado Unidos. No entendí por qué Nueva York estaba en alerta.
Romeo
y Hernán no entendían hasta que los pasajeros del vuelo de regreso a Caracas,
fueron interrogados en el Aeropuerto. Afortunadamente las coartadas eran buenas
y ninguno se alteró poniéndose en evidencia. Buscaban miembros de “La Hermandad”.
El adiós entre Aída
y Yo se selló con un beso largo enjugado en lágrimas.
-En conclusión Romeo eres un sinvergüenza. No
entiendo ¿En qué momento dejaste de ser el niño que conocí?
Romeo
comenzó a rememorar los consejos de su amigo Piero en el estreno del Episodio
II: “¡VAMOS ROMEO! ¡SE VIVE UNA SOLA VEZ!”.
-Doctor
creo que me pase de la hora.
-Si,
te echaste tres horas echándome tu cuento.
-En
ese caso tendré que pagar tres…
-No,
No, No… pagarás una consulta como siempre. Porque lo tuyo forma parte de algo
más grande. Después de hoy, en cualquier momento vendrás por esto- El Doctor
Antonio Barreto saca de un estante un folleto titulado:
“RECONCILIACIÓN DESPUÉS
DE LOS CACHOS”
Taller y Terapia Intensiva.
________________________________________________________________________________
Dedicado a una amiga especial que me ayudó a ir a Nueva York sin necesidad de las carpetas del SICAD II
Sigue nuestra historia por el hashtag
No te pierdas el próximo capítulo:
Tampoco te pierdas:
Sigueme por twitter